viernes, 13 de febrero de 2015

PREGUNTAS SENCILLAS. RESPUESTAS IMPOSIBLES.


¿Qué es el Servicio de Digitalización de la Biblioteca? Esta sencilla pregunta, fue  la que le planteamos al equipo de gobierno de la ULL y a la que tardó mucho más de un año, con cambio de Secretario General incluido, en darnos respuesta.
La respuesta nos fue remitida en el mes de julio de 2014 en forma de “informe emitido desde la Dirección de la BULL”. Días después se produciría el cese del director. Las dudas surgidas a la lectura de dicho informe motivaron el envío de un escrito dirigido a la gerencia de la ULL en el que le planteábamos una serie de sencillas preguntas, referentes todas ellas a competencia exclusivas de su titular. Pasado más de un mes sin obtener ninguna respuesta, presentamos a través del Vicerrectorado de calidad una reclamación amparándonos en el Reglamento de Reclamaciones, Quejas, Sugerencias y Felicitaciones de la Universidad de La Laguna.
La respuesta a esta reclamación se ajustó a los límites de tiempo que establece dicho reglamento (20 días), por el contrario, en absoluto se ajustó al sentido que en dicho reglamento tiene una  reclamación y  que define como una  manifestación de insatisfacción pero exigiendo respuesta y/o compensación. La respuesta de la gerencia fue una atolondrada excusa amparada en los cambios producidos en la dirección de la biblioteca y al reajuste de agendas y traspasos de proyectos y que, en esa dinámica, se está estudiando lo planteado en nuestros escritos”
En el mes de  noviembre, volvimos a dirigirnos a la gerencia de la ULL solicitando nuevamente respuesta a nuestras sencillas preguntas y todavía estamos esperando las, al parecer, imposibles respuestas.
Preguntábamos:
 ¿Existe un Servicio de digitalización? De existir ¿Cuándo fue  aprobado  por el Consejo de Gobierno de la Universidad, órgano  a quien compete la creación o eliminación de los Servicios y del que el Gerente forma parte como miembro  del Equipo de Gobierno?
¿Autorizó el Gerente el traslado de trabajadores “voluntarios” y la ausencia de sus puestos de trabajo habituales?  ¿A qué trabajadores y por qué medio les fue comunicada dicha autorización y la duración de la misma?  ¿Se les comunicó a los Decanos y Directores de Escuela responsables de los Centros afectados por estas modificaciones? ¿Cuánto  tiempo se programa para que de un proyecto “piloto” se puedan sacar conclusiones acerca de su viabilidad?
Todas estas sencillas preguntas relacionadas con la organización del trabajo y con las condiciones laborales de su personal, son competencia exclusiva de la gerencia.
Preguntábamos también acerca de la política formativa del personal laboral, de la que la gerencia debe tener conocimiento como Presidente de la Comisión de Formación:
 ¿Quién y con qué capacitación impartió la formación al personal “voluntario”? ¿Tiene conocimiento de ello el Servicio encargado de la formación y los cursos del PAS? ¿De qué manera y a quiénes se le envío la oferta formativa? ¿Al no ser una formación específica, por que no se ha ofertado al resto del personal? ¿Quién certifica la participación en esa actividad formativa y cuál es su valor? 
Todas estas sencillas preguntas, son referentes a materias exclusivas de la gerencia, y no deberían sorprenderle, sobre todo cuando desde esta sección sindical hemos venido denunciando las prácticas irregulares que sobre estas materias ha mantenido la Dirección de la Biblioteca. Seguimos esperando lo que parecen ser respuestas imposibles.
Pues bien, todas estas sencillas preguntas a las que seguimos esperando respuestas, son exclusivamente de la  competencia de la gerencia.  Poco o nada tienen que ver con los cambios producidos en la dirección de la biblioteca, salvo que, tras estos cambios se esconda un reconocimiento de irregularidades en el desempeño de sus funciones y competencias.

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